El Aloe Vera es una de las plantas de interior más fáciles de cuidar, y una excelente opción para exponer decorativamente su hogar. Debido a su origen en climas semidesérticos, crece mejor fuera de la humedad. Sin embargo, necesita ciertos cuidados y atenciones para permanecer saludable y vigoroso. Estas son algunas recomendaciones para cuidar una aloe vera.
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Luz y ubicación
El Aloe Vera debe ser colocado cerca de una ventana que le ofrezca luz solar directa. No hay que colocarlo directamente bajo la luz solar, ya que esta combinación resulta perjudicial para el aloe. Es importante clasificar la luz solar para poder elegir el lugar más adecuado. Si el aloe vera se siente muy a gusto, mostrará su contentamiento y su crecimiento será visible.
Riego y suelo
El aloe vera debe ser regado de forma moderada, nunca demasiado. Se recomienda verificar suelo antes de regar en el que debe estar seco antes de volver a regar. El exceso de agua también conduce a la descomposición del aloe. La planta no tolera un exceso de humedad por lo que se recomienda usar un sustrato especial para plantas cactus y plantas con necesidades similares.
Fertilizante
El aloe vera no es exigente con los fertilizantes, por lo que se recomienda aplicar el fertilizante específico para cactus y suculentas cada aproximadamente 8-10 semanas o cuando las hojas empiezan a manifestar signos de debilidad. El fertilizante demasiado fuerte puede dañar al aloe vera.
Transplante
Es recomendable trasplantar el aloe vera cada dos o tres años. Para ello se recomienda desenterrar el aloe con cuidado quitando el exceso de tierra del suelo para permitir un buen frente de aire. El suelo se debe reemplazar con alguno apropiado para aloe.
Atención y cuidado en invierno
Durante los meses de invierno el aloe debe estar protegido de las corrientes de aire y el frío. La planta se deben alejar de la luz solar directa durante los meses más fríos, y colocarla en una zona con luz natural pero que no tenga corrientes de aire frío. El riego debe ser reducido a la mitad, y el sustrato siempre debe estar algo húmedo.
En conclusión, el aloe vera es una planta de interior fácil de cuidar, que necesita luz solar, un sustrato adecuado y suficiente agua. No es necesario regar demasiado la planta y es mejor hacerlo de forma esporádica. Se recomienda trasplantar el aloe cada 2 o 3 años. Durante los meses de invierno el aloe vera debe estar protegido de las corrientes de aire frío, con una luz suave a medium. El riego debe ser reducido y el sustrato algo húmedo. Si se siguen estas indicaciones sencillas, el aloe vera nos dará una magnífica recompensa con buena salud, belleza y excelente calidad.
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